Donald Trump fue elegido el presidente de Estados Unidos. El republicano, de 78 años, logró su desafío de regresar a la Casa Blanca después de una campaña atípica, muy agresiva e incierta hasta el último minuto.
El candidato republicano suma 277 votos electorales frente a 224 de su rival, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, según resultados provisionales publicados por AP.
Trump obtuvo más de la mitad de los 50 estados del país, entre ellos Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania y Wisconsin -considerados cuatro de los siete claves en disputa- y los codiciados Texas y Ohio.
“Hemos hecho historia”, proclamó Trump, de 78 años, a sus seguidores en West Palm Beach, Florida, rodeado de su familia, incluida su esposa Melania.
“Vamos a ayudar a nuestro país a sanar. Tenemos un país que necesita ayuda, y la necesita con urgencia. Vamos a arreglar nuestras fronteras”, les dijo de madrugada.
Durante la campaña, el republicano aseguró a sus huestes que va a expulsar a los migrantes en situación irregular porque, según él, “envenenan la sangre” del país. Los tacha de “terroristas”, “violadores”, “salvajes” o “animales” salidos de “cárceles y manicomios”.
Prometió reconquistar las ciudades tomadas, según él por migrantes, y sellar la frontera con México para asegurarse de que no entren más sin visa. El día de la victoria será el de “la liberación”, martilleó.
Este miércoles afirmó que podrán venir pero legalmente.
Todo le salió a pedir de boca porque además de ganar las presidenciales, el Partido Republicano, bajo su control desde que irrumpió en política, arrebató el control del Senado a los demócratas.
Trump incluso presumió de haber ganado el voto popular. Si una vez finalizado el cómputo se confirma, sería la primera vez que un republicano lo consigue en dos décadas.
Después de una campaña atípica, en la que fue blanco de dos intentos de asesinato, el millonario ha hecho historia.
Es el primer presidente con una condena penal y cuatro inculpaciones pendientes y el primero en lograr un segundo mandato no consecutivo desde 1893.
Con un estilo directo, su mensaje cala en la clase trabajadora y en el mundo rural desilusionado con las élites de Washington.
Su regreso a la Casa Blanca sume en la alegría a millones de seguidores reconocibles por sus gorras rojas.
Cerca del escenario donde Trump pronunció su discurso, Ted Saranvis, de 68 años, está tan contento que se ha puesto a bailar con los brazos en alto.
“Me siento extraordinario. Esta es la mayor historia política estadounidense de la historia del país”, dice. “Es un momento increíble, no sólo para nuestro país, sino para el mundo entero”.
“Ahora tengo miedo, estoy ansiosa. Apenas puedo mover las piernas”, reconoció Charlyn Anderson en la Universidad Howard de Washington, el buque insignia de la formación de los estudiantes negros, donde Harris, que se formó allí, tenía previsto dar un discurso que anuló.
La vicepresidenta de 60 años solo tuvo tres meses para hacer campaña desde que el presidente Joe Biden se retiró de la carrera.
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